Hotel pequeño, muy bien ubicado, solo le separa del mar, un paseo peatonal y unos 30 metros de arena, por cierto, nos encantaba observar, cada mañana a los pescadores locales, en la recogida de almeja con sus rastrillos. Hotel muy tranquilo, no le llega el ruido de tráfico, ya que incluso por detrás tiene una calle sin salida. Muy buen desayuno buffet, y tambien ofrece un buen menú o medio menu a buen precio. El personal del hotel, muy amable y eficiente. Si hay que poner algún pero, llama la atención que para ser un 4*, no tenga apenas otros servicios como un gimnasio, más salones, la piscina exterior sea de tamaño infantil. En definitiva, es un hotel ideal para dormir muy tranquilo, desayunar bien y salir todo el día de excursiones en coche, porque la zona de Rias Baixas hay que disfrutarla por lo menos una vez en la vida.

En general bastante bien a excepcion del desayuno. Habitacion un poco pequeña.