El hotel está en una localización inmejorable, a escasos cinco minutos andando de La Giralda pero en un sitio muy tranquilo. Es un dos estrellas pero yo le pondría tres con toda seguridad. No puedo hablar del desayuno pues los tomábamos fuera. Me alojé en la tercera y última planta, el hotel es pequeño y el trato del personal fue correcto así como la limpieza. Las habitaciones son normalitas y sencillas, pero agradables. como aspecto negativo pero tampoco muy importante diría que tienen poca luz, el armario es pequeño y para la gente que le gusta la cama dura, en mi caso en colchón estaba tirando a blando. En mi habitación me tocó ducha y pequeñísima, tambien tenían un pequeño surtido de champu y gel. La wifi funciona muy bien. Lo que si reseñaría es que las paredes son como de papel y se oye todo de las habitaciones contiguas, si hablan o les cae algo e incluso cuando abren un grifo,y para la gente que tiene el sueño ligero... pero ese tema creo que va a ser dificl de solucionar a no ser que remodelen el hotel de nuevo. El coche no llega hasta la misma puerta pero se puede aparcar un momento en una plaza cercana y con estas maletas de ruedas se va en un momento. En resumen recomendable.

Genial, siempre que voy a Sevilla me alojo allí por la atención, comodidad, limpieza y cercanía, en pleno barrio de Santa Cruz, a un paso del centro y con muchísimos bares alrededor.