Hotel Miramar

Todo genial volveremos algun día.

Estancia agradable aunque el tiempo no acompaño.

Sin ser uno de los hoteles más lujosos en los que hemos estado, sí podemos afirmar que ha sido uno de los mejores. El trato ha sido excelente, siempre pendiente del cliente, hasta en los mínimos detalles. Cuando llegamos no nos manejamos muy bien en el pueblo, y aparcar parecía una opción imposible, pero al llamar al hotel para preguntar por la posibilidad de utilizar su parking, Silvia, la recepcionista, nos indicó con mucha amabilidad qué camino debíamos seguir para encontrar los parkings gratuitos del Ayuntamiento y cuál de ellos quedaba más cercano al hotel todo eso sabiendo que perdía un cliente que iba a abonarr 10 Euros por día por el parking del hotel es todo un detalle. El hotel cuenta con una sala en donde se puede jugar al billar solo hay que pedir el juego de bolas en recepción y amablemente te lo dan disponen de juegos de mesa que también te facilitan en recepción y en la misma sala de la mesa de billar hay varios sofás y una mesa para jugar a las cartas. El desayuno no es buffet, pero está muy bien planteado. Ofrecen zumos y bebida caliente, y un plato con croissants, tostadas y múltiples opciones para untar. Además, entra también un plato de churros. De todo esto puedes repetir cuantas veces quieras, solo tendrás que pedírselo a los camareros, quienes, por cierto, son muy amables y te recuerdan que puedes pedirles más de lo que quieras.